El espectáculo se realizó como apertura e inauguración de La Noche en Blanco de Colmenar de Oreja, noche que en esta localidad cargada de historia se dedica a un recorrido con visitas teatralizadas a sus diferentes monumentos. Una locución acompañaba un espectáculo de luces y sombras con danza haciendo un imaginario recorrido de un descendiente de esta localidad que por primera vez se aventura por sus calles en busca de sus orígenes.

«Hoy he llegado a esta villa, después de un largo transitar, para reconciliarme con la historia. Vengo de un lugar al otro lado del mundo donde todo es tan reciente que se añora la nostalgia. Aquí llego para interpretar, en los surcos de su piedra caliza, los vestigios olvidados de mis antepasados.

De este lugar partieron mis antepasados y a él regreso hoy a reencontrarme, a conectar con el cordón de mis raíces, a comprender mis anhelos como una fuerza interior que me impulsa, que me inquieta, una agitación de muchos años, una ansiedad no reconocida que me mantuvo perdido por los vericuetos de las cosas banales, en un consumo incesante de materialidades pueriles, de espejismos emocionales, tan sediento de no sé qué… tan hambriento.

Hoy al atravesar el alma de mi pueblo antiguo sentí por fin la humedad en mi garganta, desanudarse la boca de mi estómago y aflorar en mis lagrimales la lluvia de mis emociones contenidas… el estado pleno»